Calculadoras: para que errar sea cosa solo de sabios.

El error es algo habitual en todas las facetas de la vida. En el trabajo, en casa, en cualquier momento, equivocarse no es una tragedia. Es algo, digamos, normal. Decía el poeta alemán Goethe, allá por el 1800, que el único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
Podemos ponernos incluso más filosóficos y citar al gran Rabindranath Tagore, que unos cien años más tarde sostuvo que si se cierran las puertas a todos los errores, también la verdad se quedará fuera. Profundo, ¿no?

Bueno, el caso es que estas sesudas reflexiones pretendemos recordarte que sí, que en la vida es fácil y habitual, incluso sano, equivocarse de vez en cuando. Te puedes equivocar eligiendo la comida, tomando decisiones estratégicas en tu vida, la de tu empresa o en tu entorno laboral, pero… ¿por qué hay gente que se equivoca con números? Es decir, ¿por qué cometemos errores cuando hacemos cuentas, cuando manejamos números?

Para esto se crearon las calculadoras. Para que tengas encima de tu mesa un instrumento de fácil alcance (sí, vale, sabemos que el móvil también tiene calculadora, pero ¿no te has fijado que lo usas mucho menos que la calculadora normal y, encima, te distrae?). Con la calculadora podrás minimizar tus errores, hasta convertirlos en algo muy ocasional y, por lo tanto, nada preocupante.

En Visanta tenemos más de 100 modelos de calculadoras distintas, y hemos optado por la marca CASIO, la que te vendría a la cabeza si te preguntasen por una marca de calculadoras.

La mayoría son de mesa, y las tienes en todas las gamas posibles de colores y precios, desde los 4,90 euros de las más sencillas (pero también más habituales de usar) hasta los 30, ya con una pantalla amplia y cómoda.

Las hay de papel. Quizás te suene algo viejuno, pero en la mayoría de empresas aún se guardan y archivan facturas, recibos y tickets, que en caso de ir juntos, se suelen grapar… a la suma de las mismas hecha en una calculadora. Algo así como el doble check del WhatsApp, pero sin mal rollo.

Tras estas están ya las calculadoras profesionales, para estudiantes y técnicos. Estas suelen ser las calculadoras científicas o las financieras. Las que llevan muchos botones, el sino y el cosino, la tangente y con una lista de funciones trigonométricas, logarítmicas, hiperbólicas, exponenciales, factoriales, permutativas, combinatorias y mil cosas y símbolos matemáticos. En las carreras técnicas, y en el Bachillerato, son imprescindibles.

Por último, las calculadoras gráficas, que vienen ya incluso con pantalla LCD táctil en color y que su capacidad ya permite representar gráficas y resolver así sistemas matriciales, integrales, ecuaciones de varios grados y derivadas.

Dicho esto, solo queda remarcar que ya no tienes excusa. Errar es de sabios, pero quizás el que resumió todo este concepto fue un tal Alexander Pope: Errar es humano, perdonar es divino, rectificar es de sabios. Así que ya sabes, rectifica, y ve a por tu calculadora para que errar, de verdad, sea solo cosa de sabios.

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